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¿Cuál es el futuro de la Convención sobre Minas Antipersonal? ¿Qué rol le toca a América Latina y el Caribe?

Por María Pía Devoto (SEHLAC/APP)

Entre los días 23 y 27 de junio de 2014 tuvo lugar en Maputo, Mozambique, la 3er Reunión de Revisión de la Convención sobre Minas Antipersonales, en el mismo lugar que hace 15 años se organizó la Primer Reunión de Estados Parte, con el simbolismo de haber sido uno de los territorios mas afectados del mundo y hoy, gracias a la Convención, al compromiso de Mozambique y al apoyo de los donantes;  su territorio, esta cerca de estar completamente libre de minas.

La Reunión se caracterizó por un clima de optimismo por los progresos alcanzados y la necesidad de renovar el compromiso  para completar el trabajo, tal como rezaba el logo de la ICBL para esta reunión “El Desafío de Terminar”.

Entre las buenas noticias, figuran: la Convención hoy cuenta con 161 Estados Parte y mientras en 1996, 26000 personas morían o eran heridas por minas antipersonal y explosivos remanentes de guerra al año, hoy esa cifra, si bien se anhela que sea cero, es de 4000 personas.

Tal como lo ilustra el Monitor de Minas Antipersonal y Municiones en Racimo, veinte siete Estados Parte con el territorio contaminado, se declararon libre de minas antipersonal desde que la Convención entró en vigor, 47 millones de minas antipersonal han sido destruidas y la novedad de la reunión fue que Estados Unidos anunció públicamente su intención de unirse a la Convención.

Los Estados, en Maputo aprobaron dos documentos, una Declaración política en la cual se establece la fecha del 2025 para completar las obligaciones de la Convención, en lo que respecta a limpieza, destruir los stocks y adecuar la asistencia a las víctimas y un Plan de Acción, con 31 medidas para reforzar el trabajo, aunque sin fecha concreta para llevarlos adelante.

El ambiente en la sala se percibió como una reunión más, una reunión sin la debida trascendencia a pesar del excelente trabajo de Mozambique en su preparación política. Además,  se encendieron señales de alarma: por un lado Finlandia parecía dispuesta a retirase de la Convención,  algo que finalmente no sucedió;  y por el otro, Yemén admitió, que sus fuerzas armadas habían utilizado minas antipersonal y estaban haciendo las investigaciones del caso.

Estos dos hechos, hacen al cumplimiento de la Convención  y el compromiso de los Estados con miras al futuro y a la necesidad de renovar las responsabilidades políticas de todos, incluyendo la sociedad civil, en su rol de permanente monitor.

Un gran desafío, además del estricto cumplimiento de la Convención por parte de los Estados Parte (destrucción y limpieza principalmente)  sigue siendo la  asistencia a victimas, aunque lejos de los números de otras regiones como el caso de Irak en Medio Oriente, las victimas, sus familias y comunidades en nuestra región merecen una atención especializada, casos como Colombia, El Salvador, Nicaragua y Perú deben ser prioritarios en el marco de la Convención.

Ya contamos con la subregión de Centroamérica como libre de minas, sin embargo, aún quedan varios territorios por limpiar para llegar al anhelo de una región libre de minas antipersonales. En America del sur, los Estados expresaron sus dificultades para limpiar su territorio, aunque por razones de naturaleza completamente diferente: Colombia, debido al conflicto y Ecuador por la extensión del territorio contaminado, recientemente conocido.

El Embajador de México se dirigió al plenario, durante la sección de alto nivel en nombre del grupo latinoamericano y caribeño, resaltando que la Región, según lo manifestaron los Presidentes en el marco de CELAC, es una zona de paz y que los países de la región dan seguimiento en conjunto al Plan de Acción de Cartagena (Plan adoptado en la Conferencia anterior de revisión del 2009) en especial en lo que respecta a limpieza de territorio y a atención a victimas.

Si bien se renovaron los compromisos; la convención tendrá una “nueva arquitectura” para darle  mas efectividad, el Prince Mirred de Jordania y la Princesa Astrid de Bélgica, estuvieron presentes una vez más, dando muestras de su constante compromiso, al igual que muchos Estados y especialmente la sociedad civil. Y a pesar de todo esto, en la reunión, sobrevolaba una sensación de monotonía, de chatura.

Un gran número de representantes de la sociedad civil, se dejó ver en Maputo. Victimas y jóvenes se destacaron en el grupo pero… ¿hasta cuándo se podrá mantener el esfuerzo? ¿hasta cuando los países donantes seguirán dando prioridad a la Convención sobre Minas Antipersonal? y ¿hasta cuándo seguirán apoyando tanto a los países que aún tiene compromisos por cumplir, como a la sociedad civil, para mantener la presión y presencia contantes? No tenemos respuesta a esas preguntas pero lo que sí podemos afirmar, es que mientras haya tareas pendientes, stocks por destruir, terrenos por limpiar, Estados que siguen utilizando minas antipersonal y victimas, familias y comunidades afectadas, nadie, absolutamente nadie puede desentenderse o mirar para otro lado.

Tal como remarco la ICBL en su Declaración final durante la sesión de Alto Nivel:

“…Completar los desafíos requerirá determinación, suficientes recursos y buenas practicas. Deberá tener lo que se llamó el espíritu de Maputo en 1999. Dejemos que el resto del mundo sepa que un mundo libre de minas antipersonal, no es un sueño imposible, no llevará centurias o esfuerzos interminables. Imaginemos un mundo donde las minas antipersonal no se usan, no hay mas territorios contaminados, no hay mas victimas y donde los sobrevivientes tienen asegurados los servicios necesarios.

Subamos la apuesta y hagámoslo posible en una década.

 

 

 

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