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Nota de Opinión: El negocio de armas de Arabia Saudita revela el carácter de Canadá

Nota de Opinión por Cesar Jaramillo – Director Ejecutivo de Project Ploughshares y miembro de SEHLAC – para The Record (Waterloo Region)

13 de Enero –

A principios de este mes, en la misma semana que Ottawa condenó las más recientes violaciones de los derechos humanos en Arabia Saudita, también confirmó que Canadá continuaría con los planes de proveer armas al perpetrador. Todo indica que el acuerdo de US$ 15 mil millones, que el gobierno de Canadá negoció en nombre de la empresa General Dynamics Land Systems of London, Ont., para proporcionar a Arabia Saudita con vehículos blindados ligeros, seguirá adelante.

Pero, ¿puede este acuerdo de exportaciones militares canadienses más grande jamás alcanzado cumplir con los criterios de derechos humanos de las políticas de control de exportaciones canadienses? Esta pregunta se ha planteado claramente y en repetidas ocasiones desde que el acuerdo fue anunciado en diciembre 2014 – en Canadá y en el extranjero; en francés e inglés; en la prensa y en la radio, la televisión, Internet y los medios sociales.

Organizaciones de la sociedad civil en Canadá y en el extranjero, incluyendo Project Ploughshares, han informado sobre los hechos conocidos y plantearon preguntas sobre el acuerdo.

De dos gobiernos sucesivos, sin embargo, no ha habido hasta ahora ninguna explicación de cómo este acuerdo puede cumplir con los controles de exportación existentes, en particular en lo que se refiere a los países «cuyos gobiernos tienen un registro persistente de graves violaciones de los derechos humanos de sus ciudadanos.» En tales casos, Canadá debe primero determinar que «no hay un riesgo razonable» de que los productos canadienses exportados podrían utilizarse contra la población civil.

En el caso de Arabia Saudita, no sólo hay un patrón documentado de violaciones de derechos humanos perpetrados por el régimen autocrático de gobierno, sino también existen señales de que la situación general de los derechos humanos estaría empeorando.

Ejecuciones masivas, realizadas a lo largo del territorio de Arabia Saudita el 02 de enero, fueron el último ejemplo de violaciones sistemáticas y graves de los derechos humanos básicos. De hecho, Arabia Saudita consistentemente se clasifica entre los peores perpetradores del mundo en todas las categorías posibles de abuso de los derechos humanos.

Todavía no sabemos cómo Ottawa ha evaluado oficialmente tal abuso. Hasta ahora, el principal tema de conversación ha sido acerca de la ganancia económica para Canadá: el número de puestos de trabajo creados, la cadena de suministro a través del país, la magnitud del contrato. Este mensaje ha sido fuerte y claro, pero no aborda la cuestión de la protección de los derechos humanos.

Así que, de nuevo, nos preguntamos: Primer Ministro Justin Trudeau y Ministro de Asuntos Exteriores Stéphane Dion, ¿cómo puede haber «ningún riesgo razonable» de que los productos hechos en Canadá no serán utilizados contra los civiles, teniendo en cuenta lo que se conoce sobre el historial en materia de derechos humanos del país receptor?

Tal vez hay una respuesta adecuada a esta pregunta. Si es así, ¿no sería el mejor interés de todas las partes involucradas, incluido el público canadiense, conocer las garantías vinculadas a la protección de los derechos humanos que se han buscado y recibido como parte de este acuerdo?

Parte del discurso que ha sostenido la mortaja del secreto se ha relacionado con la confidencialidad comercial del contrato. Pero una concepción excesivamente amplia de dicha confidencialidad no debe anular las expectativas legítimas de transparencia, especialmente teniendo en cuenta la magnitud de este acuerdo. No está del todo claro, por ejemplo, cómo la realización de una evaluación de derechos humanos llevada a cabo por el gobierno de Canadá podría infringir los derechos de confidencialidad comercial de General Dynamics Land Systems.

¿Cómo se deben interpretar las obligaciones contractuales? Aunque el ministro de Asuntos Exteriores Dion declaró recientemente: «lo que está hecho, hecho está», no hay que olvidar que esto no es un contrato de corto alcance.

De acuerdo con los anuncios oficiales, el contrato tendrá vigencia durante al menos la próxima década y posiblemente hasta por 14 años. Considere el siguiente escenario hipotético: tres años después del contrato, hay evidencia clara de que los vehículos blindados fabricados en Canadá se utilizan para matar a civiles. ¿Estará Canadá todavía contractualmente obligada a completar el acuerdo?

El consecuente Tratado sobre Comercio de Armas (TCA), que entró en vigor en diciembre de 2014, reconoce la posible necesidad de re-evaluar las autorizaciones de exportación. La adhesión de Canadá al tratado no sólo era una prioridad en la carta del mandato de Dion, sino también figuró en las promesas electorales de Trudeau.

Los Estados Partes del Tratado sobre Comercio de Armas están «incentivados a reevaluar la autorización» de la exportación de armas «si, después de la concesión de una autorización, un Estado Parte exportador tiene conocimiento de nueva información pertinente.»

En el caso de Arabia Saudita, las recientes ejecuciones en masa constituyen hechos nuevos. «Lo que está hecho, hecho está» no cumple con las mayores expectativas de precaución que deben circundar a las exportaciones de armas.

Aquí están los hechos sobre el acuerdo canadiense con Arabia Saudita:

  • El acuerdo es el mayor contrato de exportaciones militares en la historia canadiense.
  • El receptor es uno de los peores violadores de los derechos humanos en el mundo.
  • Bajo la política de control de las exportaciones existentes, Canadá debe determinar que «no hay un riesgo razonable» de perpetrar violaciones de derechos humanos con los bienes hechos en Canadá antes de autorizar una venta.
  • A pesar de la declaración de Trudeau que la venta es para «jeeps», por cualquier entendimiento moderno de armas convencionales, esto es un negocio de armas.

Como están dadas las cosas, los bienes hechos en Canadá servirán para sostener uno de los regímenes más represivos del mundo. ¿Es así como Canadá quiere presentarse en el escenario mundial – como un país más interesado en las ganancias que en los principios? Difícilmente podría encontrarse una mejor prueba del carácter de Canadá como nación.

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